espectáculo coreográfico de Duane Cochran basado en la pintura homónima del
artista plástico colimense Rafael Zamarripa y que llegará al escenario de la
Sala Miguel Covarrubias del 11 al 20 de febrero.
La pieza, que conjuga danza contemporánea, poesía, teatralidad y una ecléctica
selección musical, se estrena en la UNAM para celebrar el XX aniversario de la
compañía Askenti Danza Contemporánea.
"La obra está basada en una pintura donde aparecen diferentes habitaciones que
expresan estados psíquicos y emocionales distintos: la envidia, el amor, la
avaricia, el deseo, la decepción, el engaño", explicó Cochran en entrevista.
A través de un juego con el espacio donde sucede el espectáculo, apoyado en
varias plataformas, la escenografía busca reproducir la esencia de la psique
humana.
O, como lo afirma Mercedes Gómez Benet, integrante de la Orquesta Filarmónica
de la UNAM, "Askenti nos lleva a visitar una casa hecha de amor y desamor,
ruptura de recuerdos, conciencia colectiva, frivolidad y miedos".
Diálogo entre disciplinas
Cochran, quien es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, encontró
en el movimiento del cuerpo un lugar para sintetizar diversos lenguajes
artísticos: "la obra tiene música en vivo, textos, es una reunión de
diferentes disciplinas en el foro. Traté de mezclarlas de una manera que no
fuera abrupta. Hay un poema que se escenifica en el foro, danza, danza-teatro
y música en vivo".
Por medio de escenas, como en el teatro, aborda diferentes situaciones:
algunas de desamor, la convivencia de una pareja que mantiene "una relación
bastante salvaje", o la vida de una vedette que, en medio de los excesos,
descubre su soledad.
Para ello, La casa de Betty contó con la dirección teatral de Hilda Valencia,
quien impartió un taller de teatro con los bailarines, en el que realizaron
una exploración sobre el miedo, fundamental en esta pieza.
"Los bailarines, salvo algunos, no son actores y viceversa, pero como el
soporte fuerte de la obra es la danza tenía que buscar a bailarines y
entrenarlos como actores. Trabajé con Hilda Valencia, una directora de teatro
muy reconocida en México", recordó Cochran.
En concordancia, la selección musical incluye piezas clásicas, electrónicas y
contemporáneas, con piezas, entre otros, de Gustavo Santaolalla, Peter Kruder,
El Chapo de Sinaloa, David Sylvian, Ryuichi Sakamoto y Earth, wind & fire.
En una exploración por una casa llena de recuerdos, como aquellos que se van
arrumbando como tiliches en un cuarto a través de los años, la pieza incluye
textos de María Fernanda García y el poema que se escenifica es Enfrascados,
de Nuria Gómez Benet.
"El poema habla del amor como un frasco sin etiquetas, que no tiene dosis ni
tabla alguna de contenido: es desconcertante el amor porque no sabe uno cómo
tomárselo".
De acuerdo con Mercedes Gómez Benet, "el espectáculo mezcla atmósferas
antiguas y contemporáneas como metáfora de la relación dialéctica entre el
pasado, el presente y, por consecuencia, el futuro de la condición humana.
Cada situación emocional se aborda en escenas individuales con sarcasmo,
ironía y humor negro, para mostrar a tendencia innata del ser humano a
perseguir la interminable cadena de deseo"
¿Y quién es Betty? Cuando Duane Cochran visitó la casa de Rafael Zamarripa y
vio el cuadro, pronto quiso saberlo. Discreción de por medio, puede decirse
apenas que no fue una persona tan amable con el pintor.
La casa de Betty, de Duane Cochran e interpretada por la compañía Askenti
Danza Contemporánea, se presentará del 11 al 20 de febrero 2011 en la Sala
Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario. Jueves y viernes 20:00
horas, sábado 19:00 y domingo 18:00 horas. Localidad $80 con los descuentos
habituales.
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